Referencia genérica y ubicación.
Posiblemente tenga sus orígenes en las fiestas que hacían los antiguos peruanos en homenaje al pastor y en afecto a los ganados domésticos, así como a los animales silvestres, durante el desarrollo del chako o rodeo, teniendo como protector al apu Wamani, o señor de los cerros. Con la llegada de los españoles, se incluyen a la fauna doméstica el caballo, el buey, el asno, la oveja y la cabra entre otros especimenes de pastoreo El hombre andino, de espíritu animista y querendoso con los seres que le rodean, siguió festejando el motivo, pero adoptando la modalidad de herrar en la marca de los animales, ya dentro de la advocación de San Santiago. De ahí los nombres de Taita Shanti o Taita Wamani o Herranza con los que se le conoce a esta estampa folclórica expresada luego en danza
Actualmente es practicada a nivel panandino. Con el nombre de Santiago, se baila como expresión típica de Huancayo y sus distritos. Lo ejecutan en grupos de hombres y mujeres durante un mes, a partir del 25 de julio de cada año.
Vestimenta.
Se le adorna al pastor con collares de frutas, roscas y wawa-tantas, o panes en forma de muñecas.
En el campo: se usa la vestimenta típica de los pobladores. Los hombres llevan el infaltable sombrero de lana, saco y pantalones de color azul marino, zapatos usuales, y el poncho a la pedrada, en el caso de los "patrones"; en cambio los pastores no llevan zapatos, sino ojotas, pantalones y camisa gruesa, chullo, manta o poncho más pequeño que el de los "patrones", y su rica sarta de regalos de frutas, panes y roscas sobre el pecho y la espalda, a la bandolera. Las mujeres igualmente presentan diferencias las "patronas" de las "pastoras"; las primeras llevan falda elegante, manta y monillos de telas de calidad, zapatos elegantes, sombrero wanka; las segundas, más humildemente vestidas, sin zapatos, pero con abundante regalo como los del "pastor".
En la ciudad: los hombres y las mujeres solamente durante la fiesta de Santiago se ponen la típica vestimenta wanka; el resto del año visten a "lo Lima" o a "lo extranjero". Los hombres se ponen "sombrero de mestizo", poncho, pantalones y zapatos elegantes. Las mujeres llevan el sombrero de copa redonda, alas airosas y cinta ancha, manta bordada, chompa gruesa (en vez de monillo), falda amplia con adornos en los bordes, y zapatos adecuados para bailar con agilidad.
Música, canto, instrumentos.
Los cielos de la ciudad y el campo se cubren de alegres pentagramas pastoriles.
Se tiene conocimiento que antiguamente se usaba una corneta larga de caña llamada yungor, o longor, y el tambor pequeño, o tinya, que se toca con un palito llamado tinyako que tiene en la punta un muñón de trapo. Son antiguos también (seguramente de la edad del toro peruano) las cornetas de cacho en forma de espiral hechas de cuernos de ganado vacuno.
La musica de aire profundo sonoro y ritmico, con eco de altas quebradas y pastizales del valle andino. En sus compases rigidos y ligeros, y a la vez seguros y perseverantes, se dibuja la imagen sonora de un río que cruza el espacio serpenteando ritmicamente, culebrando en remansos de agua cadensiosamente: es el río Mantaro que, a pesar de estar envenenado por relaves y tóxicos, permanece vivo en las tonalidades de Santiago.
Últimamente, tanto en el campo y en las calles de la ciudad, se ha introducido instrumentos más modernos como el clarinete, y el saxofón; interpretándose inclusive con magníficas orquestas típicas.
Abundan las canciones relacionadas a la fiesta de Santiago. El siguiente texto es una de reproche a la "patrona".
Huq michasapa Patronapa
¡Ay, way, Patronay!
mich a mich allay Patronitay
Waka ñuñuyki quymay niptipas
mana manallay munaykichu
mirshiypaqmi chay nimanki
Waka qallariy ñuñuyki quykuymay niptipas
mana manallay munaykichu
allqopaqmi chay nimanki
¡Ay, way, michasapa Patronitay
Traducción
Para una Patrona avarienta
¡Ay, ayayay, mi Patrona!
avara muy avarienta mi Patronita
La leche de tu vaca dame cuando te digo
no nocito pues no quieres
para mi gato es ese me dices
La primera leche (calostro) de tu vaca dame
cuando te digo
no nocito pues ni quieres
para mi perro es ese me dices
¡Ay, ayayay, mi muy avariciosa Patronita!
Coreografía
Pasos, movimientos, figuras, creatividad dancística.
Se inicia con el "velatorio" que hacen de las viandas y la chicha. Bailan alegremente y cantan los waynos de crítica y reproche a los "patrones", por su poca atención a las necesidades del "pastor". Ofrendan el "velatorio" al Taita Wamani. Encienden mechones de paja simulando espantar los males de la piel de los animales (algunas veces se incluye la presencia de un auquénido domesticado), indicando que es de madrugada o luci-luci. Siempre bailando y desplazándose al son de la música, se sirven el desayuno con patasca, o mondongo. Distribuyen hojas de coca para el "coca kintoy", que consiste en masticar o chacchar tratando de encontrar hojas sanas y completas o "quintos" en señal de buena suerte.
El "patrón" pone en la cinta de los sombreros flores de lima-lima, cantuta, escorzonera, etc. Luego "señalan" a los ganados poniéndoles cintas de colores en las orejas a las hembras, y collares de frutas a los machos, a la par que cantan metáforas o kenkos a los animales homenajeados. Siguiendo el ritmo de la música y danzando con el pie izquierdo y con el derecho, levantándolos alternadamente, arrojan harina de maíz a los animales y a los danzantes.
En un pequeño recipiente de barro guardan los retazos de cintas y los trocitos de orejas de los animales, y los entierran junto a un amuleto llamado "illa". Bailando con gracia entregan los obsequios a los "pastores", y se bebe la chicha, dando fuertes y triunfales huapidos, o gritos estentóreos de alegría y fiesta.
En algunos lugares (donde esta danza se manifiesta como la Herranza) los animales son tatuados en el anca, con herrajes candentes que llevan las iniciales del nombre del "patrón".
Mensaje y valor sociocultural.
Es una danza en homenaje a los pastores y de afecto a sus rebaños, teniendo como motivo religioso al patrón San Santiago. Su coreografía, un tanto teatralizada y que resume una estampa tradicional, nos indica los pasos rituales, los zapateos y los movimientos que realiza el hombre andino, en reconocimiento a uno de los elementos sociales más marginados: el pastor, y a la fauna domesticada que sirve a la comunidad.
El pastor desempeñó un papel importante en la economía preincaica. Pastoreaba y alimentaba a las manadas en las altas quebradas o en la inmensidad de las pampas, lejos de las sedes de los ayllus. Su servicio era indudablemente muy sacrificado. Y en retribución precisamente se le hacía cada año un raymi o fiesta. Pero, actualmente, este trabajador de la ganadería ya no tiene ese trato ancestral. La sociedad cada vez más mecanizada y deshumanizante lo ha ido marginando y empobreciendo. Igualmente, ya casi se ha perdido el afecto al ganado, al que se le ve sólo como objeto mercantil.
Felizmente la llaqta yachay o sabiduría popular (folklore), a través de esta coreografía folclórica, nos permite revalorar nuestra autenticidad humana, poniéndonos en contacto con nuestras propias raíces, para nutrirnos de las virtudes ancestrales que tanto nos hace falta para reconocer los sacrificios y esfuerzos de quienes así lo requieren, en este caso, del pastor y de su producto ganadero.
*Tomado del libro inédito" Danzas Típicas del Perú ", de Martín Fierro Zapata.